Qué misterio ocultas Jesús
Que quieres que descubramos.
Qué presencia tan sutil qué sin fin es
Inagotable, siempre bella y deslumbrante.
Como un imán, que atrae, contemplarte…
Ese brillo transparente de triunfador.
Con tus rayos, blanco y rojo, del corazón; brota cual surtidor.
De esencia, divina y de perdón, purificante bálsamo de amor.
Acércate pecador no temas tu miseria, no temas tu color
Que si son como la grana en mi abrazo encontraras tu sanación
Oh señor mío y Dios mío, tiemblo al contemplarte
¿como mi Señor deseas que yo ingrato pecador te mire a los ojos, y no sienta son rojo, en contemplarte?…
Y encima me bendices, y me animas, a propagarte. Acompañarte…
Por que no puedes soportar tanto amor y tus delicias son las almas
por que de ellas tienes hambre, dulce amor mió que bueno eres.
¿Hay algún regalo mejor? ¿Que Tú divina presencia?
¡No me canso de mirarte, y no me canso de adorarte!…
¡En el Santísimo sacramento del Altar!
JESÚS EN TI CONFÍO
Le ruego Sandra María Gauto, que ponga en el poema, el Nombre de la autora. Mercedes Ramos, que es mío.
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