JESÚS NOS LIBERA DE NUESTRAS PARÁLISIS
Jn 5, 1-9
En esta oración nos centramos en la propia libertad. En nuestro interior vivimos dinámicas de gracia y tentación, y ante ellas necesitamos afirmar nuestra actitud. San Ignacio manifiesta tres modos de ubicarse ante el llamado que hace Jesús. No son tres actitudes estancadas, inertes e inamovibles, sino tres fases de un mismo proceso de liberación y de responder al llamado.
Vayamos al texto bíblico: Juan 5, 1-9. Contemplemos la escena desde la clave de estas tres actitudes:
o El paralítico: La parálisis misma. El paralítico está justamente paralizado, sin movimiento, sin ejecución, detenido en un mismo lugar, en una misma situación. "querría quitar el afecto que a la cosa adquisita tiene (...) y no pone los medios...". Desde la imagen del paralítico nos preguntamos que nos paraliza a nosotros para dilatar la respuesta ante el llamado de Jesús.
¿Qué ventajas le saco a esta parálisis? ¿Qué falsa ganancia obtengo de esta actitud?
o Acostado junto a la piscina: está paralizado y va a la piscina donde los enfermos se sumergen en ella para curarse o aliviarse… va pero no se mete en la piscina… Quiere pero no quiere. "quiere quitar el affecto, más ansí el queire quitar que quede cpn la cosa adquisita..." Hay un deseo e intento de moverse de ir tomando las riendas de su vida, pero no termina de tomar la decisión ni de poenrse en movimiento. Es la segunda actitud de respuesta ante el llamado.
¿Qué ventajas saco de esta situación a medio camino? ¿Qué falsas ganancias obtengo de esta actitud?
o ‘¿Quieres sanar?’ La pregunta de Jesús es medular, es el deseo y la voluntad de responder al llamado, de animarse y arriesgarse. "quiere quitar de sí el afecto más ansí el quiere quitar que también no el tiene affección a tener la cosa adquisita o no la tener..." La tercera actitud es la decisión de crecer desde mi originalidad. Es la libertad que nace de integrar cualidades opuestas y complementarias y emprendo el proceso de armonizarlas e integrarlas. Dimensiones de mi existencia que no existen la una sin la otra: intimidad-alteridad, introversión-extroversión, rebeldía-docilidad, máscara-sombra. ‘No tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se mueve el agua…’ Es animarse al riesgo de meterse en la piscina, es decidir transitar el camino de búsqueda, de hacerse cargo de la propia existencia, de vivir desde el ser que soy, y ahí Jesús nos dice ‘Levántate, toma tu camilla y anda’. Es animars a vivir la vida desde la positividad con el despojo de buscar excusas en la realidad para vivir plenamente. Podemos vivir la vida como víctimas de las circunstancias o podemos vivir como protagonistas de nuestra vida desplegando en libertad y asumiendo activamente el llamado a la vida y a la vida en plenitud.
Vayamos al texto bíblico: Juan 5, 1-9. Contemplemos la escena desde la clave de estas tres actitudes:
o El paralítico: La parálisis misma. El paralítico está justamente paralizado, sin movimiento, sin ejecución, detenido en un mismo lugar, en una misma situación. "querría quitar el afecto que a la cosa adquisita tiene (...) y no pone los medios...". Desde la imagen del paralítico nos preguntamos que nos paraliza a nosotros para dilatar la respuesta ante el llamado de Jesús.
¿Qué ventajas le saco a esta parálisis? ¿Qué falsa ganancia obtengo de esta actitud?
o Acostado junto a la piscina: está paralizado y va a la piscina donde los enfermos se sumergen en ella para curarse o aliviarse… va pero no se mete en la piscina… Quiere pero no quiere. "quiere quitar el affecto, más ansí el queire quitar que quede cpn la cosa adquisita..." Hay un deseo e intento de moverse de ir tomando las riendas de su vida, pero no termina de tomar la decisión ni de poenrse en movimiento. Es la segunda actitud de respuesta ante el llamado.
¿Qué ventajas saco de esta situación a medio camino? ¿Qué falsas ganancias obtengo de esta actitud?

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